No fue hasta más tarde, en 1903 en Johannesburgo, Sudáfrica, cuando surgieron los plumeros de plumas de avestruz gracias a Harry S. Beckner, que necesitaba limpiar una máquina de su fábrica de escobas y se le ocurrió atar unas plumas de avestruz a un palo de escoba para poder llegar a las partes de la máquina que necesitaba limpiar.

La pluma de avestruz es tan deseada porque posee unas características de durabilidad, suavidad y flexibilidad que hasta la fecha no se ha encontrado nada similar. Lo que más la se busca en ella es su estática natural que la hace única para atrapar el polvo.

Modo de Uso

El plumero es uno de los utensilios de limpieza más fáciles de uso, ya que no requiere de ningún producto adicional para realizar su función, gracias a si electricidad estática natural, únicamente es necesario desplazarlo por la superficie a limpiar.

Limpieza

Únicamente necesitamos sacudirlo para eliminar el polvo atrapado. En caso de acumular demasiada suciedad podemos lavarlo con agua tibia sin ningún aditivo, eliminar la suciedad y proceder a eliminar el agua sobrante con cuidad de no estropear el plumaje y posteriormente dejarlo secar. Fácil, ¿verdad?.